Que no, que no quiero animales cerca de mi hijo. Para eso ya vamos de vez en cuando a casa de unos amigos que viven en el campo, y ahí juega con ellos
Y eso por qué? No tienes ni idea de la cantidad de beneficios que le puede traer…
Atiende y verás
E
s típico pensar en una mascota para tu hijo como un animal que le proporcionará juego y diversión. Casi como si de un «juguete» se tratara, cuando lo que estamos es tratando con un ser vivo. Pero por encima de esa forma de pensar, simple y egoista, hay unas motivaciones mucho mas interesantes y enriquecedoras que deberíamos analizar:
- Comunicación y lenguaje no verbal: Ellos se fijan y aprenden de su nuevo amigo como expresar sus sentimientos con gestos y signos, algo que les puede ayudar a exteriorizar los suyos.
- Responsabilidad: Al estar pendiente de su mascota, el niño se da cuenta de que hay que alimentarlo, asearlo y cuidarlo en general. Si su compañero de andanzas no esta contento, el niño se dará cuenta de que algo extraño ocurre, y que quizá se deba a su falta de atención. Se percatará de la responsabilidad que conlleva tenerlo, y disfrutará manteniendo a su mascota sana y feliz.
- Tranquilidad y confianza: A los niños les exigimos demasiados resultados, y se les está contínuamente calificando. Tanto por su rendimiento escolar, su comportamiento o incluso, algo que se está poniendo de moda ultimamente (en mi época eran las clases de piano), por su rendimiento deportivo. El perro es mas inteligente que el 40% de los padres controladores que pululan por ahí, y que suelen volcar sus frustraciones o fracasos, en esos campos, en sus hijos. No quieren resultados y aceptan al niño tal y como es. Nunca le traicionarán, y ellos lo saben.
- Deporte y actividad física: Relacionada con la anterior. Su mascota le proporcionará vitalidad y ejercicio. Si es grande, no está de más que jueguen juntos en lugares abiertos como parques, etc. Y si es pequeña, le proporcionará mucho movimiento y juego en su propio hogar.
- «Resiliencia»: La resistencia al cambio es un factor importante. En ese tipo de situaciones, sobre todo si son traumáticas, un pequeño amigo cercano puede ayudarle a superar esa fase y «sentirse parte de algo».