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ola, mi nombre es Garfield y soy el viejo peludo de Co&Codiseño. Hoy voy a hablaros de una enfermedad neurodegenerativa llamada Alzheimer o comúnmente denominada entre los perros y gatos como “síndrome de disfunción cognitiva”.
Investigaciones de EEUU apoyan la teoría de que esta disfunción es generada por la proteína APP (proteína precursora del amiloide) que causa una obstrucción en el interior de las neuronas y provocan que los mensajes que debe procesar el cerebro queden obstaculizados.
Para poderos explicar mejor como nos afecta, debo hacerlo de manera separada para perros y gatos pues las terapias en ambos, así como los síntomas, son diferentes.
GATOS
Se calcula que uno de cada tres felinos entre 11 y 14 años padecen esta enfermedad, cifra que se incrementa en un 50% cuando alcanzamos los 15 años, según se desprende de los resultados del estudio que ha hecho la doctora Danielle Gunn-Moore de la Universidad de Edimburgo, publicados en la revista científica Journal of Feline Medicine.
La esperanza de vida felina en la última década se ha incrementado notablemente gracias al cuidado que nos brindáis los humanos, la buena alimentación y la regular atención médica, haciendo que nuestra esperanza de vida ronde entre los 16 y 21 años.
Partiendo de este notable aumento en nuestra longevidad, debéis estar más atentos a los cambios que se producirán, para que podáis atajar a tiempo las modificaciones que se produzcan en nuestra conducta y ayudarnos a ralentizar la enfermedad.
No obstante, recordad que una dieta equilibrada durante toda la vida es una de las claves para prevenir o en todo caso retrasar la aparición del síndrome. Los juegos son otra de las herramientas fundamentales, que si se combina con la compañía de otros felinos tendréis un cocktail médico muy sólido para que el alzhéimer felino tarde más en aparecer.
- MIXA 14 AÑOS
- CHICHA 11 AÑOS
Primeros signos a tener en cuenta
1. Dejar de utilizar el arenero.
Es uno de los problemas más frecuentes en gatos ancianos que comienzan o tienen disfunción cognitiva. Algunas veces de manera habitual y otras de forma eventual.
Tener en cuenta que, a veces, somos muy escrupulosos y un cajón sucio hace que busquemos otro sitio donde hacer nuestras necesidades. En ocasiones alrededor del cajón. Procurad tenerlo limpio y retirar a diario las “cacas” para descartar que la causa sea esta o un principio de demencia. No le riñáis pues no puede evitarlo. Es una etapa en la que se precisa de mucho cariño y unos tiempos diarios dedicados a juegos.
2. Lloramos o maullamos de forma exgerada.
Esta es otra de las señales a tener en cuenta. A veces esos maullidos se producen en la mitad de la noche sin motivo aparente provocándole inquietud.
3. Nos mostramos confusos y desorientados.
Procurad si notáis este síntoma o los anteriores no dejar salir a vuestro gato. La desorientación puede provocar que se pierda y no sepa regresar a casa. También es normal que en esos momentos no os reconozca y esto haga que se comporte de manera gruñona.
4 .Pérdida de interés por acicalarse, falta de apetito o sed
Un gato sano dedica una tercera parte de la jornada a su aseo. El gato con demencia suele estar más cansado y necesitar más horas de sueño. De la misma manera, sufre una progresiva falta de apetito o sed. Ante esto último urge una visita al veterinario para que le haga una revisión.
Es una buena opción dejarle varios cuencos con agua en diferentes puntos de la casa por si olvida donde esta habitualmente.
Existen tratamientos farmacológicos que deberá evaluar su veterinarios tras las pruebas pertinentes, así que si detectas que tu gato sufre alguna de las conductas anteriores llévalo a hacer una revisión. No obstante los gatos a partir de los 8 años deberían ir de manera mas regular al veterinario.
PERROS
El “síndrome de disfunción cognitiva” comienza a afectar a los perros en una edad mas temprana que a los gatos. Alrededor de los 7 o 10 años pueden comenzar a aparecer los síntomas. Un estudio realizado en la Universidad de California en Berkeley, ha demostrado que el 62% de los perros comprendidos entre los 11 y 16 años, han mostrado uno o más síntomas de esta enfermedad, porcentaje que aumenta a medida que los individuos envenjecen.
De la misma manera que pasa con los gatos, los perros sufren un detrimento en su memoria, así como una alteración en sus hábitos y conducta que va empeorando progresivamente según avanza la edad. Es evidente, que la mejora en la calidad de vida hace que estos signos aparezcan más tarde, pero como toda enfermedad degenerativa, no tiene cura. Hay perros que los muestran en etapas muy tempranas cuando aún es joven, pero siempre se ha asociado a una alteración genética hereditaria.
- TILA 10 AÑOS
- TEKA 12 AÑOS
- LUCAS 11 AÑOS
- GUFIÑO 13 AÑOS
- DUNA 14 AÑOS
- CHUTI 12 AÑOS
- BIMBO 9 AÑOS
Primeros signos a tener en cuenta
1. Desorientación e interacción social.
Es uno de los primeros síntomas. Comienzan a no reconocer lugares habituales, a sus dueños o se quedan parados ante puertas o paredes. Si les intentáis dar mimos se alejan o por el contrario los demandan continuamente.
2. Alteraciones del sueño y pérdida de hábitos.
Suelen cambiar las pautas de sueño. Durmiendo por el día o deambulando de noche. Las costumbres relacionadas con las salidas o sus necesidades dejan de ser habituales por iniciativa propia, agravándose a medida que avanza la edad.
3. Falta de atención ante nuevas ordenes e ignora las que ya conoce.
Lo más significativo es la falta de estímulo ante órdenes habituales que conoce de sobra.
En un perro que ha recibido entrenamiento es mas fácil detectar los primeros síntomas, por eso es importante que se juegue mucho con ellos y se les enseñe pautas de comportamiento desde muy jóvenes. El estímulo con olores haciendo que busque juguetes o comida da buenos resultados.
Procura no alterar mucho sus hábitos y que haga un poco de ejercicio antes de acostarse, así conseguirás que no modifique las horas de sueño. Una buena alimentación con un suplemento de ácidos grasos y antioxidante podrá ayudarle. Como en los gatos existen medicamentos, pero éstos deben de ser evaluados por su veterinario. Es importante que organices sus citas médicas de manera regular.
No podemos evitar que ciertas enfermedades aparezcan con la longevidad, pero por encima de todo debéis de tener mucha paciencia con nosotros. Os brindamos nuestra compañía en los años jóvenes y ahora cuando envejecemos solo queremos que nos ayudéis a llevar bien una etapa que hasta los humanos debéis pasar: LA VEJEZ.
Como siempre habéis bordado el artículo que se me muestra muy interesante. En el caso de mi perrita «Teka», todavía no he visto en ella ningún signo significativo de la enfermedad en cuestión, si he notado a veces que se ha vuelto cabezona en algunas cosas, pero de eso siempre ha sido un poco, porque Teka es un Teckel y esta raza de perros se caracteriza en esto.
Seguir así, me encantan vuestros trabajos. Saludos a Garfield.
José Luis.