E
l equipo de policias de Anaheim (Orange, California), cuentan entre sus filas con Bruno. Un pastor Alemán de seis años que presume de placa y cargo.
Hace unos días en acto de servicio recibió un balazo a quemarropa que le destrozó la mandíbula. Pero la desgracia no acababa ahí.
A pesar del terrible incidente y lo mucho que sangraba, el pobre perro se acercó a su compañero sin apenas fuerzas para moverse.
Inmediatamente, fue llevado a un centro veterinario escoltado por los coches patrulla, pues su estado era delicado. La bala se había alojado en el pulmón.
Su compañero R.J´s no se ha separado de él y comentaba a la prensa: “El vínculo que tenemos es inexplicable. Verlo en esta condición me destroza”
Tras el accidente, Bruno ha quedado inhabilitado para su trabajo como perro policía y su compañero no ha dudado ni un momento en hacerse cargo de él. En cuanto salga piensa adoptarlo, y por supuesto, pagar todos los gastos médicos ocasionados.
Esto es amor mutuo. Una vez más se demuestra la profunda complicidad y amor que puede existir entre un perro y un humano.
Fuente: ABC News