Es la revolución!

 

Dónde?

En el pequeño pero bonito pueblo de Brunete (Madrid, 6.037 habitantes)

 

Porqué?

El ayuntamiento ha tenido la feliz y saludable idea de mandar mierda por correo a sus vecinos.

Así como suena. Bueno, en una bolsita cerrada, eh?

 

E

l querido y escrupuloso lector me dirá que no es una buena idea, y mucho menos feliz; pero, antes de despotricar contra los políticos, etc., pensemos por un momento…

A quién se la envía? Concretamente a despitados viandantes que se les «olvida» recoger el reguero de excrementos que sus queridas mascotas van dejando tras de si por las calles y floridos parques de Brunete.

Seguramente ahora, una gran parte de vosotros estaréis pensando que ya no es tan mala idea, verdad?

Pero algunos aún más perspicaces os preguntaréis… Y cómo demonios envía dicha mercancía el ayuntamiento?

Olvidemos la respuesta obvia… por Correos! Ya ya, muy bien, pero, a ver… Quién se encarga de recoger el «paquete»? Y, sobre todo, Cómo sabe el funcionario de turno a quién pertenece ese «paquete»?

La cosa es sencilla. Al parecer, un voluntario que observa la infracción se acerca rápidamente al peludo en cuestión preguntandole al dueño por su nombre y raza. Acto seguido, empleados del ayuntamiento tardan escasos minutos en saber dirección y DNI del dueñ@.

Uno o dos días después, el interfecto recoge en su buzón un llamativo y prometedor paquete del ayuntamiento donde, entre otras cosas, se le notifica que a la siguiente cagada, su cuenta bancaria sufrirá una penalización de entre 30 o 300 euros, dependiendo.

Hace más de un año, el consistorio había realizado una costosa campaña publicitaria donde se advertía a los vecinos de las multas por no cumplir con su deber cívico. Tras ella la tasa de infracciones no descendió apenas nada. La gente seguía haciendo lo mismo. Pero tras la puesta en marcha del servicio Caca Express, la tasa ha descendido a un milagroso 71%.

Brillante, verdad?

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