“Ningún hijo de tu animal va a ser su fotocopia. Olvídate. Es lícito que quieras prolongar en lo posible, para siempre si puedes, la existencia de ese animal al que adoras. Para ti no habrá otro igual que él, es cierto. Por eso, no busques expresamente reemplazarlo por otro de su sangre. Deja que sea especial y único, y cuando se haya ido, date el tiempo que necesites para compartir tu vida con otro, que también será especial, y no vendrá a sustituir al primero, sino a seguir compartiendo la felicidad que por un momento ha sido interrumpida por el dolor. El peor homenaje de agradecimiento que puedes hacer a tu animal es arriesgarte a provocar el dolor extremo en sus descendientes”

Fundación Altarriba

 

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ola mis queridos lectores de Co&Codiseño y Feliz Año Nuevo. Mi nombre es Garfield por si os habíais olvidado, y hoy voy a hablaros de una dolencia que afecta a un alto porcentaje de las perras y gatas en edad fértil: la Piometra.

anuncio houseLa Piometra es una enfermedad producida en el útero y se caracteriza por la acumulación de secreciones y pus. Es una enfermedad grave, de aparición súbita y con un porcentaje de mortalidad alto si no se trata de urgencia.

Afecta frecuentemente a hembras que han alcanzado la madurez sexual y no es exclusiva de cánidos y felinos, sino que también es frecuente en especies como el conejo, el hurón y la cobaya.

Pero antes de explicaros más sobre esta dolencia, deberíamos comenzar a desgranar el ciclo reproductivo canino en las hembras de la especie, para que entendáis como surge la Piometra y por ende, lo importante de la castración quirúrgica.

 

CICLO ESTRAL O REPRODUCTIVO DE LAS PERRAS

Las perras alcanzan la pubertad (inicio del ciclo menstrual) entre los 6 y 12 meses, presentándose su primer período de celo.

El celo o época fértil, oscila en períodos que van entre los 4 y 12 meses, siendo la media normal cada 6 meses. Por eso se las considera como monoéstricas estacionales, puesto que solo tienen un celo por estación reproductiva: primavera y otoño.

El ciclo completo se divide en 4 fases:

– Anestro:
Es el tramo de tiempo más largo que dura en torno a cuatro meses, en el cual no existe ningún tipo de actividad sexual.

– Proestro:
Esta es la fase que antecede al celo y dura entre 7 y 10 días. Es el período en el que aparece el sangrado vaginal. En esta fase la perra no acepta al macho, mostrando los dientes ante los intentos de monta,

pues aun no se encuentra en estado fértil, aunque si se advierten juegos y escapes.

– Entro:
Es el período propio del celo y la perra se encuentra en estado fértil. La vulva se agranda y en su aparato reproductivo interno comienza la ovulación.

El momento más fértil del período será sobre el doceavo día desde el comienzo del sangrado.

Diestro:
Esta fase dura en torno a unos sesenta días. La fase de ovulación y fertilidad ha concluido. Si no se ha producido embarazo, la vulva regresa a su tamaño normal.

En esta fase se expulsa a través de la vagina un flujo mucoso propiciado por la progesterona. Una hormona cuyo niveles en esta fase son muy altos y hacen que los machos repelan el contacto. Es en esta fase donde se puede presentar la Piometra.

PIOMETRA

piometraPuede ocurrir a cualquier edad una vez alcanzada la fertilidad, aunque es más común a medida que el animal se hace mayor. El momento de riesgo máximo para su aparición es entre la 6ª y 8ª semana después del inicio del celo. Normalmente durante esta fase el cuello del útero que ha permanecido abierto durante el celo comienza a cerrarse y el endometrio vuelve a su estado habitual.

Sin embargo, puede ocurrir una hiperplasia endometrial quística como una inadecuada respuesta a la secreción de la hormona progesterona que tiene lugar en este período, lo que significa que la zona más interna de la pared del órgano aumenta excesivamente de grosor y se forman quistes.

En esta situación, las bacterias que han emigrado al útero, procedentes de la vagina, encuentran unas condiciones favorables para su crecimiento. Además la progesterona provoca que disminuya la contracción del útero y que aumente la secreción de moco lo que facilita el cierre del cérvix (boca de entrada al útero) y dificulta el drenaje del moco.

El cierre del cérvix en un factor importante en la gravedad de la enfermedad. Si este permanece abierto las secreciones producidas por la infección pueden ser expulsadas, lo que facilita la curación. Esto se llama Piometra abierta.

Por el contrario, si el cuello del útero permanece totalmente cerrado, el pus y las secreciones no pueden ser expulsadas a través de la vulva por lo que se acumulan y el útero se distiende. Es lo que se conoce como Piometra cerrada. En estas circunstancias no es raro que el útero pueda llegar a romperse y la infección se disemine dentro de la cavidad peritoneal produciendo una peritonitis que puede ser mortal.

 

SÍNTOMAS EN PERRAS

Los síntomas más comunes son la expulsión a través de la vulva de secreciones con restos de sangre o pus. Este síntoma aparece en el 85% de los casos. Además pueden aparecer síntomas de letargo e inapetencia, acompañados de un exceso de orina y sed. Y es más infrecuente que aparezcan diarreas, micción nocturna o inflamación abdominal.

Si la enfermedad sigue evolucionando, el animal puede llegar a estado de shock circulatorio, como consecuencia de septicemia (presencia de bacterias en la sangre), toxemia (toxinas en la sangre), insuficiencia renal y peritonitis.

SÍNTOMAS EN GATAS

anticonceptivos-oralesEn las gatas, la ovulación es el resultado de un reflejo neuroendocrino que solo se inicia por estimulación mecánica de la vagina, es decir la gata ovula en respuesta a la estimulación de la vagina por el macho. Por ello la enfermedad aparece después de la monta no fértil, o bien por administración de progesterona a través de anticonceptivos.

Los síntomas más frecuentes son secreciones vaginales abundantes, útero aumentado de tamaño que puede palparse a través del abdomen, fiebre, pérdida de apetito, letargia (somnolencia excesiva), pérdida de peso, sed y orinas excesivas.

TRATAMIENTO

El tratamiento de elección es quirúrgico. Se realiza una intervención que consiste en la extirpación de los ovarios y el útero. Previamente puede ser necesario administrar tratamiento antibiótico y la infusión de suero para mejorar la situación del animal y combatir la deshidratación.

Y esto nos lleva directamente a la importancia de la castración, que no es lo mismo que la esterilización.
En la esterilización se conservan los órganos reproductores cortando los conductos por los que el óvulo pasa hasta el útero evitando los embarazos, pero continúan intactas todo el resto de las funciones propias de la reproducción.

En cambio con la castración o extirpación de los órganos sexuales internos, se pueden evitar enfermedades como la Piometra en perras y gatas sexualmente adultas.

La próxima semana, retomaremos el tema de las castraciones quirúrgicas y los beneficios que pueden suponer para perros y gatos.

 

 

 

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