E
l pasado 11 de abril, Kas paseaba tranquilamente con su cuidadora en el pueblo de Méntrida (Toledo) cuando un sonido sordo los sorprendió. Todo fue muy rápido, y a la chica casi no le dio tiempo a reaccionar. Cuando se giró para ver de donde provenía el ruido se llevó «el disgusto de su vida». Kas, era un perro abandonado que estaba en acogida en el centro Doghorsecity, y ahora yacía muerto con un certero disparo en la cabeza.
«La voluntaria podía haber salido gravemente herida del suceso, dada la cercanía de los disparos. Pero quien no salió indemne es el perro, un animal cariñoso y dócil en palabras de quienes le cuidaban», apunta. Aspectos legales La Plataforma contra la Ley de Caza de Castilla-La Mancha se siente indignada y conmocionada ante este suceso, «un acto criminal que debe ser debidamente esclarecido y que pone de manifiesto el desprecio de un cazador para con la vida de un animal doméstico y en el que además subyace la oposición de la Sociedad de Cazadores de Méntrida y del Ayuntamiento a que la protectora se instale en ese municipio.
La Plataforma ha ofrecido todo su apoyo a Doghorsecity, en especial en los aspectos legales que rodean el caso y añade que la muerte de un animal doméstico en estas circunstancias estaría inscrita en el supuesto del artículo 337 del Código Penal. Pero, según dice, las investigaciones no sólo deben dirigirse a detener al autor de los disparos, sino que deben profundizar en las causas subyacentes que al parecer en este caso concurren. Por ello, la Plataforma se dirigirá en esta semana a la Consejería de Agricultura, a la Fiscalía, al Seprona y al Ayuntamiento, para que se realice una rápida investigación y para que cese de una vez el clima de hostigamiento hacia la protectora.