«L
levo haciendo esto 15 años y nunca he encontrado un animal vivo en un barco hundido. Estuvo allí una hora. Es un milagro que haya sobrevivido«, decía John Zucalla, buceador profesional que no dejaba de mostrar su asombro tras el rescate inesperado de Lucky (suerte).
Se trata de una gata americana de color marrón que debe tener unos nueve años de edad. Según se cree, se embarcó de polizón en un pequeño bote que zarpó el fin de semana pasado para hacer una travesía por el Lago Havasu (situado en la frontera entre California y Arizona, USA). Pero las cosas no fueron bien del todo, y el fuerte y repentino oleaje hizo que embarrancaran cerca de un banco de arena. Como consecuencia, el barco escoró y comenzó a hacer aguas muy rápidamente. En unos minutos ya se había hundido y tocado fondo a 30 metros de profundidad.
El propietario, Genaro Rudaldava, llamó inmediatamente al sheriff del condado que avisó al equipo de buceadores locales capitaneado por Zucalla. Por suerte, él y su hijo estaban justo en el lago cuando sucedieron los hechos por lo que pudieron actuar muy rápidamente. Izaron la embarcación, drenaron las aguas y llegó la sorpresa. En un lateral de la parte superior oyeron los maullidos de un gato. Tras seccionar parte de la estructura, se encontraron con Lucky, como así la bautizaron poco después.
«Estaba atrapada, hambrienta, mojada y asustada», comentó Zucalla. Toda la operación de rescate del barco había durado una hora. «Es increíble que esté viva aún. Debió de colarse cuando llenaba la despensa del refrigerador que está situada en la parte de delante». Esa zona del barco tiene muchas oquedades y compatimentos que forman parte del casco, y «posiblemente una bolsa de aire de las que se forman cuando se hunde una barco, fue lo que usó Lucky para sobrevivir».
La gata fue llevada a un centro de acogida donde no se le encontró chip ni registro alguno, por lo que se desconoce quién era su dueño (el propietario del barco nunca tuvo gatos). Al final, tras cinco largos días de incertidumbre, Lucky, una de las gatas con más suerte del mundo, fue puesta en adopción.
Pero no duró mucho la espera, la repercusión del suceso fue tan importante que a los tres días ya había sido adoptada por Bonnie Butterworth, una joven local que se emocionó al conocer la historia.
Fuente: Havasu News
la verdad esta muy bien redactado aunque no se puede ver una linea de continuidad, se pierde mucho lo interesante de la anécdota.